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El pinchahigos y otras currucas migratorias por Málaga

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El pinchahigos y otras currucas migratorias por Málaga

La mayoría de las aves insectívoras se desplazan a África para pasar el invierno

Las currucas son una familia de pequeñas aves, cuyo hábitat principal son los arbustos y matorrales, donde las vemos en continuo movimiento mientras emiten sus característicos reclamos, a base de chasquidos y sonidos chirriantes. Las bajas temperaturas invernales reducen al mínimo las poblaciones de insectos en Europa por lo que las currucas y otras aves insectívoras se desplazan en este periodo al continente africano en busca de alimento. Esta migración se realiza entre los meses de agosto y octubre, siendo el mes de mes de septiembre el que concentra mayor diversidad de especies y abundancia de aves.

Nuestra provincia por su proximidad al estrecho de Gibraltar se sitúa en una de las principales rutas migratorias entre ambos continentes, constituyendo un lugar estratégico para observar estas aves al final del verano.

Las currucas malagueñas

En Málaga pueden verse de forma regular hasta siete especies distintas de currucas a lo largo del año, aunque sólo tres de ellas sean residentes. Las currucas cabecinegra (Curruca melanocephala) y rabilarga (C.undata) permanecen todo el año con nosotros. En el caso de la capirotada (Sylvia atricapilla) a su población residente se le suman multitud de ejemplares invernantes provenientes del norte de Europa. Sin embargo, las currucas más buscadas por los ornitólogos en septiembre son aquellas especies migratorias que podemos ver al final del verano en su viaje hacia África. A continuación realizamos una breve presentación de las mismas.

• La curruca mosquitera (Sylvia borin) únicamente la podemos en paso en nuestra provincia, ya que su área de reproducción más cercana se sitúa en el norte de España Por su predilección por el fruto de la higuera recibe el simpático nombre local de “pinchahigos”. Adjuntamos a este texto un pequeño vídeo, cedido amablemente por Eduardo Antúnez que ilustra perfectamente lo acertado de este apelativo. La mosquitera presente un plumaje muy discreto, de color pardo grisáceo, recordando a una curruca capirotada, pero sin capirote. A diferencia de otras currucas en esta especie no hay diferencias de aspecto entre ambos sexos.

• La curruca zarcera (Curruca comunis), pese a ser una reproductora muy escasa en puntos localizados de nuestras sierras, resulta una especie habitual en Málaga durante los pasos migratorios. Es una curruca grande, de tamaño igual a la capirotada y aspecto muy parecido a la tomillera que veremos a continuación. Su rasgo más característico es el panel alar pardo rojizo que contrasta con los tonos grisáceos de cabeza y dorso. Ambos sexos tienen la garganta blanquecina y un anillo ocular blanco: Los machos tienen la cabeza gris mientras que en la hembra adopta tonos parduzcos.

• La curruca tomillera (Curruca conspicillata) tiene un aspecto muy parecido a la zarcera, aunque su tamaño es algo menor y el plumaje de tonos más intensos. Es una especie estival en la provincia y, como su nombre apunta, encuentra su hábitat preferente en Málaga en espacios abiertos secos con matorrales de escasa altura como tomillares o coscojales. También nidifica en los saladares de la orla vegetal de Fuente de Piedra. Aunque la mayor de sus poblaciones inverna en el continente africano, una pequeña población inverna en el sureste español. durante la época migratoria resulta más abundante y podemos encontrarla en cualquier lugar de la provincia. A diferencia de las otras currucas no consume muchos frutos durante la migración.

• La curruca carrasqueña (Curruca iberiae) presenta un aspecto muy similar a la rabilarga, pero con una menor longitud de cola. El rasgo más característico de esta especie es una bigotera blanca, más visible en los machos. Ambos sexos presentan un anillo ocular rojo. Los machos en periodo nupcial lucen el dorso gris pizarra, con las partes ventrales de un rojo vinoso intenso. En otoño los tintes rojizos del macho se aclaran hasta adquirir unos tonos rosados. Las hembras son más pálidas, con la cabeza más oscura que el dorso y la bigotera blanca que contrasta menos con el plumaje. Es una especie que se reproduce en las zonas de matorral mediterráneo y en encinares jóvenes de nuestras sierras. Llega a nuestra provincia a partir de mediados de marzo y su viaje a sus zonas de invernada se produce entre agosto y septiembre.

• La curruca mirlona (Sylvia hortensis) debe su nombre a que su canto recuerda en cierto modo al del mirlo común. Es la curruca de mayor tamaño que podemos en nuestro territorio. Los machos presentan la cabeza negra y los ojos de un amarillo pálido con el iris negro. Las hembras tienen en general un plumaje menos visto, con la cabeza grisácea y los ojos más oscuros. En nuestra provincia cría en formaciones arboladas no muy densas como acebuchares dehesas de encina o alcornoques, olivares o almendrales. Como ya hemos comentado para las restantes currucas durante la migración puede aparecer en gran variedad de espacios, siempre que encuentren un poco de calma para el descanso alimento para recuperar fuerzas y continuar el viaje.

Lugares recomendados para su observación

Aunque sean aves típicamente insectívoras durante sus viajes migratorios las currucas también consumen frutos debido a las grandes demandas energéticas que precisan en sus largos recorridos. Por esta razón los ambientes más adecuados para observar estas currucas en el mes de septiembre en nuestra provincia lo conforman zonas abiertas con vegetación arbustiva y frutos otoñales, especialmente si están cerca de la costa o presentan árboles con fruto, como higueras, zarzas u olivares. También podemos verlas en cualquier huerto con frutales de la costa o de las vegas de los principales ríos malagueños.

Por su especial relevancia para observar paseriformes en migración durante el otoño, además de una interesante comunidad de aves residentes podemos destacar “las Campiñuelas” en Vélez-Málaga, todo el perímetro de la Laguna de Fuente de Piedra o los amplios espacios abiertos del Paraje Natural “Desembocadura del río Guadalhorce”.

Eduardo Alba Padilla y Jacinto Segura Moreno