En esta etapa tenemos la posibilidad de agudizar el sentido del oído para enriquecer nuestros contactos con las aves. Aunque podremos observar directamente a una variada muestra de especies típicamente forestales, como por ejemplo rapaces, carpinteros y numerosos paseriformes, hay un número nada desdeñable de aves propias de éstos medios que serán fáciles de oír y muy difíciles de observar. También es frecuente que, incluso teniendo al ejemplar destino de nuestra mirada a pocos metros de distancia, haya siempre una rama que se interponga entre el ave y nuestros prismáticos. El recorrido que se hace junto al mismo cauce nos dará pie a familiarizarnos con la comunidad de aves que vive en contacto directo con el agua.
Especies Singulares
Las especies forestales son las protagonistas de la etapa, a las que hay que sumar las propias de entornos urbanos en el inicio y final de la misma, y aquellas típicas de riberas y ríos. En los primeros y últimos pasos del recorrido serán gorriones comunes, vencejos y golondrinas y aviones comunes las que nos recuerden la presencia de casas habitadas. Conforme comencemos a andar y aparezcan los primeros árboles, aumentará la probabilidad de ver pico picapinos, pito real, paloma torcaz, tórtola común, chochín, petirrojo, los zorzales común, charlo y alirrojo, el mirlo común, las currucas capirotada y cabecinegra, los mosquiteros papialbo e ibérico, zarcero común, carbonero común, herrerillo común, trepador azul, agateador, pinzón vulgar, jilguero, verderón, verdecillo, picogordo y escribano soteño.
Ya en el cauce del río podremos ver y/o escuchar andarríos chico, torcecuello, martín pescador, lavanderas blanca y cascadeña, ruiseñor común, ruiseñor bastardo, carricero común vinculado a los pocos espacios abiertos con cañavera, y oropéndola en las partes altas de los árboles de mayor envergadura, entre otras. Ligados a las construcciones que encontramos por el camino podrán aparecer cernícalo vulgar, mochuelo, golondrina dáurica y roquero solitario.
La comunidad de aves rapaces es de gran interés ya que pueden observarse tanto aquellas propiamente forestales (culebrera europea, águila calzada, ratonero común, azor y gavilán), como las ligadas a los cantiles rocosos que presiden el valle, desde sierra Crestellina y el hacho de Gaucín, hasta los cortados de Benadalid (especies como el buitre leonado, el águila perdicera y el halcón peregrino son relativamente frecuentes si prestamos atención al cielo).
Si hacemos algún tramo de nuestro recorrido con las primeras o las últimas luces del día podremos, además, disfrutar del canto de especies crepusculares como el búho real, autillo, cárabo y chotacabras pardo.
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Itinerario
Desde la salida de Benalauría, con sus tonos verdes en primavera y verano, y con toda la gama de ocres y rojos en el otoño, los castaños nos acompañarán en casi todo el recorrido hasta alcanzar Genalguacil, que recostado en una pendiente destaca con su blancura en medio del bosque.
Aves observadas
- Agateador común o europeo
- Águila calzada
- Águila culebrera o Culebrera europea
- Águila perdicera
- Andarríos chico
- Autillo europeo
- Azor común
- Búho real
- Buitre leonado
- Carricero común
- Cernícalo vulgar
- Chochín común
- Chotacabras pardo o cuellirojo
- Curruca cabecinegra
- Escribano soteño
- Gavilán común
- Golondrina dáurica
- Halcón peregrino
- Herrerillo común
- Jilguero
- Lavandera blanca
- Lavandera cascadeña
- Martín pescador
- Mirlo común
- Mochuelo europeo
- Mosquitero ibérico
- Mosquitero papialbo
- Oropéndola
- Paloma torcaz
- Petirrojo europeo
- Pico picapinos
- Picogordo
- Pinzón vulgar
- Pito real
- Ratonero común o Busardo ratonero
- Roquero solitario
- Ruiseñor bastardo o cetia ruiseñor
- Ruiseñor común
- Torcecuello euroasiático
- Tórtola común o europea
- Trepador azul
- Verderón común
- Zarcero común o políglota
- Zorzal alirrojo
- Zorzal común