Esta web utiliza cookies propias y de terceros para recopilar información que ayuda a optimizar la visita, aunque en ningún caso se utilizan para recoger información de carácter personal.

Política de cookies

Lugares de observación

Lugares de observación

Gran Senda de Málaga (GR 249). Etapa 18. Fuente de Piedra - Campillos

La etapa comienza en el extremo norte de la laguna, desde donde toma dirección sur a través de medios agrícolas que acogen, fundamentalmente, olivo y cereal, ambiente que nos acompañará a lo largo de toda la etapa y que condiciona las especies a observar. Se cruza un arroyo y se pasa junto a dos lagunas que aportan una diversidad de alto valor al listado de especies de la etapa. La combinación de medios esteparios con humedales resulta en la aparición de hábitats de gran valor con una composición de taxones que destaca por su rareza a nivel europeo.

Especies Singulares

La etapa no es muy exigente atendiendo a la distancia a recorrer ni tampoco en cuanto a desniveles que sortear, de modo que podremos dedicar algo de tiempo al entorno del centro de visitantes para disfrutar de especies típicamente acuáticas desde los observatorios habilitados. Zampullines cuellinegro y chico, garza real, garceta común, garcilla bueyera, flamenco, ánades real y friso, pato cuchara, cerceta común, pato colorado, porrón común, aguilucho lagunero, cernícalos vulgar y primilla, rascón, focha común, polla de agua, cigüeñuela, avoceta, alcaraván, chorlitejos chico, grande y patinegro, chorlitos dorado y gris, agachadiza común, andarríos grande y chico, gaviotas sombría, patiamarilla, reidora y picofina, fumarel cariblanco, pagaza piconegra y lavandera boyera son las especies más frecuentes, de las ligadas a medios acuáticos, aunque el listado puede incrementarse de manera notable durante las épocas de migración si incluimos limícolas y paseriformes viajeros.

Una vez comenzada la senda entramos de manera brusca en los ambientes cultivados, y nos alejaremos progresivamente de la laguna, por lo que el avistamiento de aves acuáticas se limitará a ejemplares en vuelo hacia o desde la laguna. En este ambiente predominan las especies propias de espacios abiertos, a las que se suman aquellas que favorece la presencia del olivar; cabría destacar a la perdiz roja, alcaraván, tórtola común, abubilla, golondrinas común y dáurica, bisbita común, lavandera blanca, cogujada común, calandria, alondra, mirlo común, zorzal común, petirrojo, tarabilla común, buitrón, curruca cabecinegra, curruca capirotada, mosquitero común, alcaudones común y meridional, carbonero común, estorninos negro y pinto, gorrión común, jilguero, pardillo, verdecillo, verderón común y triguero, el cual puede verse en grandes bandos durante el invierno. Lo que en un principio puede resultar un medio homogéneo y poco atractivo para la observación de aves, acaba por ser un verdadero foco de diversidad.

En invierno la senda pasa por lugares donde pueden producirse concentraciones de cientos de chorlitos dorados y también de alcaravanes, especies ambas que saben pasar desapercibidas una vez posadas con ayuda de su plumaje. En ocasiones podrá ser un esmerejón quien nos ayude a detectar los bandos, con sus vuelos de caza rasantes. Otras especies que pueden verse son el cernícalo vulgar, mochuelo, lechuza común, en las cercanías de los cortijos en ruina que se cruzan, ratonero común, con llegada de ejemplares del centro y norte de Europa durante la invernada (visiblemente más grandes y claros), búho chico y chotacabras pardo.

Ya en el extremo sur de la laguna, a la altura del cortijo de la Rábita, hay que cruzar el arroyo del Hoyero, lo que nos obligará a mojarnos los pies si este cuenta con agua. En este entorno, con su orla de carrizos y cañas, podremos oír y ver ruiseñor bastardo y carriceros común y tordal, y una mayor abundancia de aves atraídas por el foco de agua. Una vez pasado el arroyo entramos en un olivar que dará paso a una gran extensión de cultivos herbáceos de secano en los que son lavandera blanca, cogujada común, calandria y alondra las especies más abundantes. Un cortijo en ruinas, el de Las Monjas, acoge una población de cernícalo primilla, que se reduce año tras año como respuesta al deterioro que está sufriendo. En pocos años se ha pasado de unas 30 parejas a tan sólo 5, lo que ha llevado a tomar acciones encaminadas a asegurar el sustrato de nidificación para esta carismática especie de ambientes esteparios.

Desde esta misma zona, y una vez dejamos el olivar atrás, podremos también disfrutar de las grullas, que acuden a estas zonas abiertas para alimentarse, y de sisones, que requieren de una observación meticulosa, y aguiluchos cenizos, fácilmente visibles en sus largos planeos sobre el cereal. Durante los meses fríos se producen concentraciones muy importantes de lavandera blanca, que pueden superar los 4000 ejemplares. También resulta sorprendente, aunque es muy común durante la primavera y el verano, ver a las pagazas piconegras en un tipo de ambiente, a priori, dispar para la especie, cazando ortópteros con sus sonoros y elegantes vuelos.

Antes de alcanzar la cota que nos permite ver la cuenca de la laguna Dulce de Campillos, dejamos a nuestra derecha una edificación de color albero destinada a la conservación de especies esteparias. Se trata de un primillar, diseñado específicamente para la nidificación de cernícalo primilla y carraca, que en principio han sido ocupados por cernícalo vulgar y varias parejas de grajilla, que se dejan observar a distancias cortas. A continuación, en la laguna de Lobón podremos disfrutar de nuevo de especies acuáticas si cuenta con agua, ya que sus reducidas dimensiones y profundidad favorecen que se seque mucho antes que las otras lagunas del entorno. De contar con el líquido elemento, podremos disfrutar de ánade real, cigüeñuela, avoceta, chorlitejo grande, chico y patinegro, canastera, gaviota reidora y pagaza piconegra, entre otras especies acuáticas. En el tramo que nos conduce a Campillos pasamos por el borde de la laguna Dulce, en cuyo entorno no resulta raro ver elanio azul y, en la lámina de agua, porrón pardo, además de muchas de las especies mencionadas al principio de esta sección de la etapa. De entre las muchas fochas comunes presentes en esta laguna, podríamos encontrar alguna focha moruna, lo que requiere de una búsqueda minuciosa centrada en los caracteres que diferencias a ambas especies. Básicamente la presencia de dos “cuernecitos” de color rojo y ausencia de entrante blanco, hacia el cuello, en la misma comisura del pico.

Los periodos de migración son notables en los entornos acuáticos de la etapa, pero también en el medio cultivado, donde cabría destacar la aparición de carracas. Por último, otras especies que pueden observarse en la etapa son el búho real, en este caso será más fácil oírlo, y tarro blanco.

Si desea más información sobre esta etapa (localización, fenología o valores naturales), pinche aquí.

Itinerario

Esta etapa transita a través de campos de cultivos de cereales y olivar, en paralelo a la vertiente suroriental de la Laguna de Fuente de Piedra flanqueada por tramos con tarajes y algunos cortijos, y con observatorios desde los que contemplar la numerosa colonia de Flamencos Rosa que allí anida.

Es término municipal de Fuente de Piedra hasta las inmediaciones del cortijo de Buenavista (km 5.4). Luego, alrededor del km 7 es el único punto de la Gran Senda de Málaga en que el recorrido va por la linde de la provincia de Sevilla, concretamente con la Roda de Andalucía. Se anda por terrenos de Sierra de Yeguas durante 15 kilómetros, y desde el kilómetro 20.4 hasta el final es municipio de Campillos.

Rutas A pie En bicicleta
Tipo etapa Lineal
Distancia 25600
Tiempo estimado 7:10
Tipo de firme Senda compacta, carril terrizo y asfalto
Dificultad - Azul - Fácil